La Locomotora Oliveras: ejemplo de lucha popular que honra al deporte argentino
El 2025 se despide con dolor en Santa Fe y todo Argentina. La ausencia de Alejandra "La Locomotora" Oliveras se siente fuerte, no solo por lo que hizo arriba del ring, sino por el mensaje que construyó con su vida entera.
Su muerte en julio, tras un derrame cerebral, marcó el adiós de una mujer que hizo de la adversidad una bandera y del esfuerzo una forma de vivir. Una luchadora del pueblo que nunca se rindió.
De la pobreza al campeonato mundial
Hablar de "La Locomotora" es hablar de una historia que emociona. Desde sus comienzos, lejos de cualquier comodidad, hasta ser campeona del mundo, Oliveras vivió todos los sentimientos posibles.
Conoció la caída, el sufrimiento y siempre se levantó, con la convicción de que la pelea más importante no estaba solo en el ring, sino en la vida de todos los días. Una enseñanza que llega al corazón de la gente trabajadora.
El boxeo fue donde canalizó su fuerza interior. Allí encontró la pasión que la empujó a salir adelante y construir una carrera que la llevó a lo más alto. Cada combate mostraba su carácter, su sacrificio y una voluntad que no se quebraba.
No peleaba solo por títulos: peleaba por su historia, por su futuro y especialmente por sus hijos, que se volvieron su principal sostén emocional.
Una madre que nunca escondió sus orígenes
Alejandra nunca ocultó su pasado ni las dificultades que pasó. Al contrario, hizo de esas experiencias un motor. Siempre contaba que su vida no había sido fácil, que conoció de cerca la falta de oportunidades y la dureza de la realidad.
Pero lejos de rendirse, decidió construir su propia vida, basada en la disciplina, el trabajo y la convicción de que siempre se puede ir por más. Un ejemplo para todas las familias que luchan día a día.
Sus hijos, Alejandro y Alexis, fueron el centro de ese camino. Por ellos se sacrificó, entrenó y salió a pelear. Alejandro, vinculado al entrenamiento y emprendimientos, y Alexis, dedicado a la gastronomía, acompañaron a su madre en cada momento, unidos y fuertes.
Referente del boxeo femenino popular
"La Locomotora" no solo ganó cinturones mundiales, ganó respeto y admiración. Se volvió una referente del boxeo femenino cuando abrirse camino no era nada fácil. Su figura ayudó a visibilizar el deporte e inspirar a muchas mujeres que vieron en ella un ejemplo posible, cercano y real.
Ya retirada del ring, Alejandra empezó otra etapa que también la hizo feliz. Encontró en la palabra y la enseñanza una nueva misión: transmitir su experiencia y motivar a otros a enfrentar los desafíos diarios.
Su paso por la vida pública y política, como convencional constituyente, fue una extensión natural de ese compromiso con la sociedad y los valores que siempre defendió. Una mujer del pueblo que nunca se olvidó de sus raíces.
Un legado que trasciende el deporte
"A la vida hay que vivirla, disfrutarla y hacerle frente a los duros desafíos que nos propone el día a día", repetía con orgullo. Esa frase resume su filosofía y hoy cobra un sentido aún más profundo.
En su mejor momento, con proyectos en marcha, un ACV puso fin a una vida intensa, vivida a fondo, como ella misma predicaba.
El legado de "La Locomotora" Oliveras va más allá de títulos y estadísticas. Queda su enseñanza, su mensaje de superación y su ejemplo de lucha constante. Una mujer del pueblo que nunca se rindió y que sigue inspirando a quienes luchan por una vida mejor.